El Hôtel Britannia es un magnífico hotel de 4 estrellas de arquitectura anglonormanda situado en Knokke, en la costa belga. Está a sólo 5 minutos de la playa. Es un poco como una casa de campo inglesa, con un ambiente soleado junto al mar y un personal amable.

Te recomendamos reservar tu estancia en el Britannia a través de Booking.com, que suele ofrecer cancelación gratuita. Envíanos un mensaje en Instagram si vas, nos haría súper felices.

El hotel se construyó en 1928. Puedes echar un vistazo a esta postal para hacerte una idea de la fachada en aquella época. Completamente renovada en 2022, esta casa familiar fue regentada durante décadas por Caroline Vanhollebeke. Hoy, su hermano Stéphane dirige el hotel con la misma pasión.

Nos alojamos aquí 3 noches y nuestra estancia fue realmente muy agradable. Lo que más nos gustó: la calidad de la acogida, la amabilidad del personal multilingüe, el suculento desayuno, el delicioso capuchino cada mañana y la perfecta ubicación del hotel.

Al llegar al recinto, enseguida llama la atención la magnífica fachada normanda de colores blanco, beige, marrón y dorado. De noche es aún más hermosa.

La bienvenida en recepción es muy cálida. En el Britannia nunca eres un número. El personal habla neerlandés, francés, inglés, alemán y español. Todo es accesible para personas con movilidad reducida, y también aceptan perros por un pequeño suplemento.

Dispone de 30 habitaciones y suites, cuyas dimensiones oscilan entre los 17 m² y los 50 m² de la suite más grande. Dependiendo de su elección, disfrutará de las siguientes comodidades: cama king-size, cuarto de baño con ducha y/o bañera, productos de bienvenida Guerlain, TV de pantalla plana, hervidor de agua, nevera, aire acondicionado y minibar surtido a diario.

Por la mañana, diríjase al comedor o a la terraza exterior para disfrutar de un desayuno divino. Es un bufé dulce y salado con productos locales y regionales. La fruta, los cruasanes y los panecillos son deliciosos. El equipo también prepara huevos, tortitas (buenísimas) y deliciosos crêpes. El capuchino es excelente. Lo que nos gusta: empezar el día con una copa de champán Barons De Rothschild.

Durante su estancia, puede alquilar un buggy de golf por 20 euros la hora para pasear tranquilamente por la ciudad.

El hotel bordea una de las avenidas más bellas de Knokke y está a sólo 5 minutos a pie del dique, la playa y el Mar del Norte. Es la estación belga chic por excelencia. Se diría que está en la Costa Azul. Hay un montón de boutiques de lujo, galerías de arte y restaurantes por descubrir. Si se desvía hacia el casino, no se pierda el enorme mural de 72 metros encargado al pintor belga Magritte.

En la playa, por ejemplo, se pueden alquilar tumbonas para todo el día en el Indi Beach Club, cuyo personal es muy amable. Gran ambiente en el bar, buena música y magníficas vistas.

Por la noche, hay varios restaurantes en la zona, no todos recomendables. La relación calidad-precio no siempre es la mejor. Durante nuestra estancia, probamos y aprobamos Chez Cédric (el helado de vainilla casero, vaya) e In The Mood, en Brujas, con su magnífica terraza verde. Es el lugar romántico perfecto. Recuerde reservar con varios días de antelación.