El Nolinski Venezia es un hotel de 5 estrellas único y misterioso situado en Venecia, Italia, a sólo 5 minutos a pie de la Plaza de San Marcos. Nada más llegar, descubrirá una majestuosa fachada adornada con quimeras, hijas de Poseidón, recordatorios del poder de la Serenísima adquirido a través de las aguas. En su interior, ¡vibra el alma de Venecia!

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Tuvimos la suerte de visitar el hotel dos veces: una para pasar una velada memorable en el bar, arrullados por el pianista. Y una segunda vez para probar el restaurante. Pudimos visitar el vestíbulo principal y charlar con algunos miembros del equipo.

El hotel dispone de 43 habitaciones, 13 de ellas suites. Están repartidas en 5 plantas y todas son únicas. Sus dimensiones oscilan entre los 20 m² y los 82 m² de la suite más grande. No se pierda las suites más lujosas, cada una con su propio nombre: Bianca, Pietro, Caterina, Enrico, Giacomo y Tiziano.

El diseño interior es meticuloso hasta el más mínimo detalle: marbro de estuco gris para los cabeceros, terciopelo rojo y rosa suave, faroles de vidrio soplado inspirados en los del Palacio Ducal, hermosos libros seleccionados por el librero independiente Anatole Desachy, puertas correderas de metal dorado, materiales nobles, gruesas alfombras y pesadas cortinas. Venecia es suave, cómoda y envolvente.

¿Recuerda la fachada decorada con quimeras? El hotel alberga una colección de más de 500 objetos marinos de cristal de Murano, cuidadosamente seleccionados por la arquitecta Maria Pia. Cada habitación tiene entre 10 y 15 piezas diferentes.

Hay 2 restaurantes por descubrir: Il Caffè y el restaurante Palais Royal, que le da la bienvenida en el suntuoso marco de un anfiteatro. Ambos están dirigidos por el chef Philip Chronopoulos. Su cocina de altos vuelos se inspira en las técnicas culinarias francesas y en Italia y su Grecia natal. El resultado es impresionante.

En el menú: crudo de rabo amarillo con aceite de oliva y limón, risotto al azafrán o Saint-Pierre al vapor con patatas al ajo y limón. No deje de probar el tiramisú casero de postre y tomar un Aperol Spritz como aperitivo. Nuestro mejor spritz en Venecia, a pesar de su precio bastante elevado: unos 25 euros.

Al final de la velada, desvíese al bar de cócteles, un espacio largo e íntimo con una barra sublime al fondo. Levante la vista al techo para admirar el fresco del artista Simon Buret... Su imaginación echará a volar. La iluminación tenue, las velas y las notas líricas del piano hacen que el ambiente sea casi irreal.

A un lado hay una biblioteca con más de 4.000 libros, casi la mitad de los cuales, como es obligación en Venecia, son de temática artística. Sólo esta biblioteca ya merece una visita, por su riqueza en obras raras, insólitas e inéditas. Abra la carta para descubrir algunos cócteles únicos (le recomendamos que pruebe el From Paris to Venice o pida consejo al barman), así como muy buenos vinos y aperitivos si tiene hambre.

Otras cosas que nos gustaron: la piscina en el último piso con agua deliciosamente caliente y vistas de 360° sobre la ciudad, la bienvenida que admite perros y la sincera amabilidad de todo el equipo durante toda la estancia. Un agradecimiento especial a Gabriel, el conserje, y a Fransesco, el joven camarero.

El Nolinski Venezia está situado en el corazón de la lujosa Calle Larga XXII Marzo, la arteria de las casas de lujo de Venecia. Está a sólo 5 minutos de la Plaza de San Marcos y a 10 minutos del Puente de Rialto. Si quieres pasar un buen rato a orillas del Gran Canal, tenemos una idea estupenda: desayunar en la terraza exterior del Saint-Regis, a sólo 2 minutos a pie. ¡Es perfecto!